Divinity,  Language,  Poetry

Tatiana i
explicación

Con este poema – y espero que yo lo haya logrado – estuve intentando expresar la sensación de que una Tania no se busca, se encuentra.  El humano es incapaz de imaginarse a otro humano tan altamente bueno como me era Tania.  Ojalá, iglualmente, yo le haya aproximado algo parecido.  Del todo, la búsqueda de ello siente ingenua.  ¿Cómo apuntar a lo que no se puede imaginar?  Platón se planteó lo mismo a través de su teoría del reconocimiento.  ¿Cómo es que uno pudiera saber si ha encontrado lo que quería si nunca lo ha visto?  Su postulado se trató de almas espírituales y sus vidas corporales anteriores.  El alma sigue viva después de la muerte del cuerpo, va a un especie de Hades (un río más próximo en la mitología griega al pergatorio que el infierno con el que se asocia en los EEUU de hoy en día) y luego vuelve al mundo material para entrar en otro cuerpo.  Por momentos efímeros durante la vida del cuerpo, el alma reconoce formas y sus intancias que vio en sus vidas materiales anteriores.  Es natural preguntarse si el nombre en-sí conlleva formas o implica valores o caminos – si un objeto jamás podría llevar otro nombre, qué es el orígen de los nombres.

Dios coloca los ángeles – o no.  Así que salir a bailar, por más divertido que fuera, parece una búsqueda chota si el propósito es encontrar a un(a) ángel.  Eso no quiere decir que no debiéramos buscar a una pareja sino que tenemos que ser humildes frente a la posibilidad de que sea nuestro esfuerzo o estrategia lo que concede la belleza más mayor.

El poema no fue escrito por amargura sino que reconocí súbitamente por qué no rinden nuestros esfuerzos y que tendría yo que esperar.